En un mundo interconectado, que se mueve a una velocidad que jamás
imaginamos, donde la ciencia y la tecnología avanzan a pasos de gigante,
donde las corporaciones luchan por ganar mercados y obtener mejores
rentabilidades, y donde la inteligencia artificial ira en aumento gracias al
impulso de las empresas tecnológicas y demás desarrolladores, no
podemos olvidar que son los seres humanos los que han dado vida y han
puesto a funcionar todas esas cosas inertes.
No obstante lo anterior, desde mi punto de vista, nuestro mayor logro debe
ser contribuir a la sociedad, siendo confiables, amables e íntegros
aportando liderazgo, conocimiento y experiencia a las nuevas generaciones
y a todo aquel que lo requiera bajo unos principios y valores propios de un
buen ciudadano del mundo.
En ocasiones creemos que el éxito es aquel que se obtiene por el dinero o
el estatus que logramos en nuestra carrera, sin embargo, con el pasar de
los años y con algunos cambios que la misma vida se encarga de darnos,
nos damos cuenta que el éxito es sentirnos plenos, felices, sin presiones y
sin cargos que perturben nuestra existencia.
Los seres humanos tenemos la capacidad de lograr lo que nos proponemos,
por más retador o por más difícil que parezca llegar a la cima, sin embargo,
debemos comprometernos además de ser excelentes en nuestras
actividades profesionales, a ser mejores que cualquier otro en el mundo
para buscar el bien común, en beneficio de nuestro país, de nuestras
familias, de nuestros compañeros de trabajo, de nuestros amigos y de toda
la sociedad, en otras palabras, Ser de Clase Mundial.